¿Eres una de las personas que cuando bebe algo frío siente dolor en los dientes o las encías? Tranquilidad, no eres la única persona a la que le pasa, ya que se estima que 7 de cada 10 personas lo sufre. Especial atención merecen las mujeres que sufren de una mayor prevalencia.
La noticia buena es que si sigues una serie de pautas preventivas se puede prevenir y tratar de forma correcta para poder evitar su aparición.
El verano y las bebidas frías
Es en esta época, por lógica, cuando más bebidas frías consumimos, o incluso comida si contamos los helados. Esto puede contribuir de manera importante a que haya un mayor número de personas que sienten ese característico pinchazo que presenta esta afección.
Pero realmente las culpables no son las bebidas frías, y se debe realizar un análisis mucho más profundo. Problemas como la recesión de las encías, el desgaste del esmalte o el bruxismo, aumentan la sensibilidad del diente.
Por lo tanto, la solución final no pasa por alejarnos del consumo de bebidas frías, ya que el verdadero problema seguirá persistiendo en nuestra dentadura. Siempre que se haga con moderación y siguiendo estos hábitos preventivos, se pueden seguir consumiendo:
– Apostar por cepillos de dientes con los filamentos blandos y suaves, evitando de esta manera la abrasión del esmalte.
– Pásate al uso de dentífricos y enjuagues formulados especialmente para la sensibilidad dental. Alivian las molestias, refuerza el esmalte, protege la dentina y previene la sensibilidad.
– Evita los cambios bruscos de temperatura en las bebidas y comidas, al igual que los alimentos más ácidos.
– Si el motivo de la sensibilidad dental es el bruxismo, comienza a utilizar una férula nocturna para proteger los dientes del roce.
En caso de que el problema sea persistente, acude al odontólogo para que pueda analizar tu caso concreto y recomendarte el tratamiento específico que mejor se adapte a tus necesidades.
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