La pérdida de cabello, calvicie o alopecia, que cada uno lo llame como quiera, se puede deber a causas de muy diversa índole. Lo importante es conocer que tipo de alopecia se sufre y cuál es el origen, de esta manera se podrá comenzar el tratamiento más efectivo posible.
Qué es la alopecia areata
Se trata de una forma de alopecia no cicatrizal, de tipo autoinmune y que se caracteriza por la pérdida del cabello de forma localizada o generalizada. ¿Qué quiere decir esto? Pues que estamos hablando de una alopecia reversible. El folículo piloso presenta alteraciones pero no se ha dañado por completo, por lo que siguiendo los tratamientos adecuados, se podría recuperar.
Causas de la alopecia areata
Puede ser causada por varios factores autoinmunes o psicológicos, interviniendo sobre una base genética. La presencia de este tipo de alopecia siempre se ha relacionado con factores infecciosos, endocrinos, genéticos, psicológicos u otras causas como las irritaciones oculares o dentales o sufrir algún traumatismo en la cabeza.
Algún factor autoinmune induce a la fase de desprendimiento y caída del cabello, al igual que la parálisis de la frase de crecimiento del folículo.
Síntomas
Las personas que sufren de alopecia areata suelen presentar una o varias zonas alopécicas ovaladas o redondas, de entre 2 y 5 centímetros de diámetro. Los brotes de este tipo de alopecia se pueden presentar una o varias veces a lo largo de la vida.
Posteriormente se produce una repoblación que se inicia con cabellos muy finos y blancos. Poco a poco estos nuevos cabellos van cogiendo fuerza y se pigmentan.
Es importante que se diagnostique bien por parte de un profesional, ya que la alopecia areata puede ir ligada a otras enfermedades como vitiligo, atopia, síndrome de Down, enfermedades del tiroides, anemia perniciosa y la enfermedad de Addison.
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