Cada cierto tiempo, sobre todo dependiendo de la época del año en la que nos encontremos, muchas personas se marcan como un reto personal el conseguir perder peso. Pero hay que tener cuidado, ya que circulan muchos mitos y bulos sobre dietas milagro, pérdida de peso sin esfuerzo o productos que por arte de magia consigue reducir nuestro peso. Pero mucho cuidado, porque si no lo hacemos bien o lo hacemos sin la supervisión de ningún especialista, puede terminar afectando de manera considerable a la salud.
Una de las primeras cosas que se deben saber, y muchos de esos “gurús” del adelgazamiento ocultan, es que realizar una dieta por si sola no funcionará. Es primordial realizar ciertos cambios en los hábitos de vida y no perder nunca la motivación, quizá una de las partes más difíciles de conseguir.
Por tanto, lo que sacamos en claro es que la persona que emprenda el camino de la pérdida de peso debe poner de su parte y tener en cuenta siempre lo que el cuerpo necesita. Veamos unas pautas a seguir para poder perder peso sin que ello afecte a la salud y sin caer en trampas milagrosas:
Incluir alimentos de calidad en la alimentación: es fundamental evitar a toda costa los alimentos procesados y congelados, la bollería y los productos con mucho azúcar, sobre todo si son añadidos, como las bebidas gaseosas. Intenta comer fruta y verdura de temporada, prepara comidas caseras y huye de la comida rápida.
Divide la ingesta de alimentos en cinco veces: para poder hacerlo es necesario reducir las porciones que ingerimos. Es mejor hacer cinco comidas pequeñas y repartidas a lo largo del día, que tres comidas abundantes. Es importante que la cena sea ligera y, al menos, tres horas antes de dormir.
Cambia la forma de cocinar: olvídate de los alimentos fritos y de la utilización del microondas ya que se pierden gran cantidad de las propiedades de los alimentos a cocinar. Aprende a cocinar al vapor y a la plancha, las alternativas más saludables de cocina. También se pueden consumir alimentos crudos.
No te saltes la dieta y que sea equilibrada: intenta que la mitad de lo que ingieres sean hidratos de carbono y la otra mitad a repartir entre proteínas y grasas.
Realiza ejercicio físico y no olvides hidratarte correctamente: al menos dos litros de agua a diario, que puedes intercalar con infusiones o zumos de frutas, y la realización de ejercicio. Si no dispones de mucho tiempo para esto, intenta caminar todo lo posible en lugar de subirte al coche hasta para los trayectos más cortos.
Recuerda que cada cuerpo es distinto y lo que le funciona perfectamente a uno, puede no resultarle tan útil a otra persona. No te obsesiones con el peso y recuerda que esto son solo unos consejos orientativos. Cuando vayas a comenzar una dieta de pérdida de peso, te recomendamos que acudas a un profesional que supervise el proceso.
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